YouTube prescinde del formato stories y acelera su declive ante el vídeo corto

Tal y como hicieron previamente Twitter o LinkedIn, YouTube ha anunciado que dejará de ofrecer el formato stories como opción a sus creadores. Ese final será efectivo a partir del 26 de junio y la decisión viene justificada por datos internos que muestran una interacción más baja sobre ese tipo de publicaciones, especialmente frente a los vídeos cortos que el servicio quiere potenciar cada vez más. La decisión marca un nuevo punto de inflexión en el declive de las historias, que a partir de su creación por parte de Snapchat y su clonación en Instagram se convirtieron en un estándar que ahora está en recesión ante el empuje de la nueva narrativa impulsada por TikTok.

 

En el caso de YouTube las stories nunca tuvieron un encaje especialmente definido desde su lanzamiento en 2017. Fueron habilitadas para creadores que acreditaran más de 10.000 suscriptores, sin que la plataforma llegara nunca a generalizar su acceso. Y además su baja adopción se explica en parte por la amplia aceptación de las publicaciones de comunidad, que permiten una mayor flexibilidad en términos de promoción de contenidos, difusión de comentarios o comunicación rápida de un creador con sus seguidores. De hecho su éxito ha hecho que YouTube rebaje el requisito de activación hasta disponer de más de 500 suscriptores.

 

El formato de historias se mantiene en todo caso como uno de los grandes atractivos de Instagram, que consiguió con su aplicación una inyección notable de uso y popularidad. Pero esa red social está trabajando a semejanza de TikTok en una inclusión cada vez mayor de su apuesta por el vídeo corto, denominada Reels, y de fuentes no necesariamente seguidas por cada usuario. Los resultados de consumo están siendo positivos, según reveló Meta en su última presentación de resultados: ha duplicado en seis meses las piezas compartidas hasta más de 2.000 millones e incrementado un 24% el tiempo de permanencia en la aplicación gracias a recomendaciones impulsadas por inteligencia artificial. E incluso la monetización ha mejorado en más de un 30% en apenas tres meses.

 

La mayor plataforma de vídeo sigue la estela de Twitter o LinkedIn y desecha el que hasta hace unos años era el nuevo estándar de consumo multimedia más inmediato en internet.

 

Ese es un aspecto clave en el que la eventual transición de un formato a otro supone un reto, ya que las stories ofrecen la ventaja de que se puede introducir publicidad entre diferentes diapositivas con fotos o vídeos de una misma presentación. Esa posible atención se pierde en parte en el consumo de vídeos cortos, que además se monetizan peor que los largos porque no se pueden introducir formatos publicitarios habituales antes o después de su visualización.

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