Un trimestre para olvidar en La 2

Los audímetros dictan sentencia, y los miércoles y jueves, jornada sin película, canales tan inocuos como Energy, Divinity o Nova, se han colocado por delante del segundo canal de la televisión pública en la emisión global de la jornada.

 

Aunque no haya que hacer demasiado caso a las audiencias (uno de cada cinco espectadores españoles sigue enganchado a Supervivientes en Telecinco o a las telenovelas turcas de Antena 3), lo cierto es que nunca como este primer trimestre de 2023 una cadena que siempre se ha caracterizado por la exquisitez ofreció una programación tan poco estimulante.

 

Su prime time fue, de tan escaso, decepcionante. Con decir que solamente lanzó dos horas de contenidos de producción propia, está todo claro: Las tres puertas’ y El condensador de fluzo. Ahí empezaron y acabaron las alegrías para los fieles espectadores de la cadena. El resto de la parrilla se completó con las consabidas películas y no pocos documentales y redifusiones, entre las que no faltaron muchos relativos a los conflictos bélicos y las mujeres de Hitler. Así hasta el hartazgo. Incluso hubo de tirar, para rellenar sus noches, de clásicos como Fortunata o Jacinta, o de los mismos Tesoros de la tele ya emitidos en veranos pasados, sin dignarse a editar nuevas compilaciones del archivo de TVE. A eso se llama dejadez absoluta.

 

Tras nueve años de emisión consecutivos en enero, se echó de menos Cachitos. Mientras otros años las noches se alegraban con dobles dosis de estrenos como Un país para reírlo o Rutas bizarras, este 2023 parece que el presupuesto está agotado o la nevera vacía.

 

Por si fuera poco, a la parrilla de programación le ha faltado algo de orden. Las sesiones mensuales prometidas de El palco no aparecieron. La opera o el ballet aparecieron en pantalla por sorpresa, sin ningún tipo de periodicidad. En lugar de emitir programas dobles con lógica después de Días de cine clásico o Versión española han salido en antena todo tipo de reportajes sobre naturaleza o historia, al tuntún, sin criterio alguno.

 

En conjunto, la impresión que ha causado La 2 es la de un canal abandonado a su suerte, con escasos recursos y poca ambición. A los directivos les preocupará que su cuota de pantalla haya bajado respecto al trimestre anterior. Pero eso, para los espectadores fieles, no es lo peor.

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