Twitter suspende las cuentas de periodistas que cubrían a Elon Musk

Aaron Rupar es un periodista independiente muy activo en internet. Basado en Washington y seguido en Twitter por casi 800.000 personas, es un referente para todos los que se interesan en la política de Estados Unidos y el crecimiento de los movimientos de la ultraderecha en el país que encumbró a Donald Trump. Su cuenta desapareció la tarde del jueves. No fue el único. Otros ocho periodistas de medios como CNN, The New York Times y The Washington Post, entre otros, han sido borrados de Twitter en las últimas horas. ¿El denominador común entre todos? Eran de tendencia liberal y habían escrito recientemente sobre Elon Musk, el magnate cuya gestión de la red social está cada vez más en entredicho.

 

El gesto ha preocupado a las organizaciones que velan por la libertad de expresión y ya ha tenido reacciones en la UE: la comisaria de Transparencia, Vera Jourová, advirtió el viernes en un tuit a Elon Musk de posibles sanciones contra Twitter. “Las noticias sobre la suspensión de periodistas en Twitter son preocupantes (…) Elon Musk debe tomar nota de esto. Hay líneas rojas. Y, pronto, habrá sanciones”, escribió. El Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania, por su parte, también manifestó sus reservas con el último movimiento de Musk. “La libertad de prensa no debe activarse y desactivarse” de forma caprichosa, escribió el departamento en su cuenta de Twitter.

 

En una rueda de prensa en Bruselas, el portavoz de Economía Digital e Innovación de la Comisión Europea, Johannes Bahrke, ha recalcado la importancia de que las plataformas tengan términos de uso “claros, comprensibles y transparentes”, al tiempo que ha apuntado que la nueva ley europea incide en la obligación de que cuando una plataforma actúa sobre las condiciones de uso lo haga de manera “proporcionada y con respeto a los derechos fundamentales”, en declaraciones recogidas por Europa Press. “No puede ser [una medida] discriminatoria ni arbitraria”, ha continuado Bahrke, quien ha advertido de que hablaba en líneas generales sobre la nueva norma comunitaria y no respondía a ningún caso concreto.

 

Rupar comenzó a recibir mensajes de conocidos diciéndole que su cuenta había desaparecido. “Inicialmente, pensé que me estaban troleando”, escribió el periodista en su cuenta de Substack, una plataforma de suscripción a newsletters. “No tengo idea de qué reglas supuestamente rompí”, añadió. Reconoce que el miércoles, entre los contenidos que ofreció a su audiencia, se encontraba un texto de Noah Berlatsky que analizaba el populismo reaccionario que ha abanderado Musk desde que tomó el timón de Twitter. La compañía no había explicado, hasta la tarde de este jueves, el motivo de las suspensiones.

 

El texto de Berlatsky comenzaba con el bochornoso momento que Musk pasó el domingo en San Francisco. El magnate subió al escenario durante un monólogo del comediante Dave Chappelle, quien lo invitó a subir. Pero el empresario de Tesla y SpaceX no pudo terminar de hablar ante el sonoro abucheo que recibió en la arena. “La gran pregunta es: ¿por qué Chappelle y Musk creen que alguien querría aplaudir al hombre más rico del mundo?”, escribió Berlatsky. De momento, queda como advertencia que Rupar vio desaparecer su cuenta sin amonestación alguna.

 

En medio de la polémica, Elon Musk lanzó desde su cuenta una encuesta a los usuarios, que estuvo activa solo 30 minutos. “Quitar la suspensión a las cuentas que doxxed [revelan información personal en línea] mi ubicación exacta en tiempo real”, decía la consulta, similar a la que abrió a Donald Trump las puertas de vuelta a Twitter. Un 43% votó por devolver inmediatamente el acceso a los periodistas. “Si alguien publica en tiempo real las ubicaciones y direcciones de los reporteros, el FBI estaría investigando, habría sesiones especiales en el Capitolio y Biden hablaría del fin de la democracia”, agregó el empresario, cuya fortuna ronda los 174.000 millones de dólares.

 

Minutos después de haber cerrado el sondeo de opinión, el empresario entró a un Space, una charla de audio dentro de Twitter. La anfitriona de la conversación era Katie Notopoulos, reportera de Tecnología para Buzzfeed. “En el futuro no habrá ninguna distinción entre periodistas, o quienes se hacen llamar periodistas… Todos van a ser tratados igual. No son especiales por ser periodistas, son ciudadanos como todos. Si compartes ubicaciones serás suspendido. Fin de la historia”, afirmó Musk, quien abandonó la charla cuando algunos reporteros comenzaron a hacerle preguntas.

 

Ryan Mac, el reportero que escribe de Tecnología desde Los Ángeles para The New York Times, también está entre los afectados. Su historia más reciente es de este miércoles, cuando contó cómo han desaparecido de Twitter 25 cuentas que seguían los aviones privados de varios millonarios. Entre estos estaba Elon Musk. La cuenta @ElonJet seguía el paso a su jet para deleite de medio millón de seguidores. Detrás del usuario estaba Jack Sweeney, un chico de 20 años, quien alimentaba su feed con información pública. Después de comprar Twitter a finales de octubre, Musk lanzó el siguiente mensaje: “Mi compromiso con la libertad de expresión es tal que no prohibiré la cuenta que sigue mi avión, a pesar de que es un riesgo a mi seguridad”. La cuenta personal de Sweeney también fue eliminada.

 

El periodista Rupar ensaya una explicación. El castigo llegó, tal vez, cuando dio a conocer que ElonJet continuaba activa en Facebook. “Quizá fue eso, pero aún no sé qué política pudo haber violado eso”.

 

Después de la eliminación de estas cuentas, Twitter modificó sus políticas y prohibió a sus usuarios compartir la ubicación en tiempo real de otras personas sin su consentimiento. Varios de los periodistas que fueron suspendidos este jueves estaban analizando ese cambio a las reglas de la plataforma. “Criticarme todo el día está bien, pero compartir la ubicación de mi familia y ponerlos en peligro, no”, tuiteó Musk este jueves.

 

Mac ha reaparecido esta tarde en la cuenta @macSilenced, donde ha dado las mismas explicaciones que Rupar. Fue suspendido sin advertencia previa. No recibió ningún correo electrónico que le diera razón del castigo. “Escribo sobre Elon Musk y sus compañías y lo seguiré haciendo”, afirma la cuenta del reportero.

 

Sally Buzbee, la directora de The Washington Post, dijo que el acto de censura “mina directamente la promesa de Musk de dirigir Twitter como una plataforma dedicada a la libertad de expresión”. Buzbee exigió a través de un comunicado el retorno inmediato a la plataforma de su reportero de Tecnología, Drew Harwell.

 

Matt Binder, de Mashable, quien también fue suspendido, negó en un correo electrónico dirigido a la agencia AP haber compartido en ningún momento la ubicación o información personal de nadie. “Tampoco he compartido enlaces a ElonJet o cuentas de rastreo. He sido muy crítico con Musk, pero nunca he violado las políticas de Twitter”, añade el periodista.

 

Donie O’Sullivan, quien sigue los movimientos de la ultraderecha (y quien tenía más de 280.000 seguidores), también ha sido eliminado de la red social. “La suspensión impulsiva e injustificada de varios reporteros es preocupante, pero no sorpresiva”, aseguró en un comunicado CNN. “La creciente inestabilidad y volatilidad debería ser una preocupación increíble para cualquier usuario de la plataforma”, continúa la cadena, que evaluará su relación con la tecnológica tras estas suspensiones.

 

Steve Herman, el corresponsal nacional de Voice of America, un medio oficial del Gobierno de Estados Unidos, también ha sido suspendido en la cuenta @w7VOA. Un país había expulsado de las redes antes a un corresponsal de este medio: China. Rusia había impedido asimismo el acceso a la página de noticias.

 

Quizás uno de los perfiles castigados más conocidos es el de Keith Olbermann, un periodista deportivo que tuvo una exitosa transición a presentador de informativos para la cadena MSNBC, un trabajo que ocupó entre 2003 y 2012. Olbermann es conocido por sus opiniones progresistas y muy críticas con el expresidente Trump y los movimientos radicales de la derecha que cobijaron al mandatario republicano. En agosto comenzó un popular podcast donde analizaba temas de política estadounidense. Los otros afectados son el periodista independiente Tony Webster y uno de los colaboradores de The Intercept en EE UU, Micah Flee.

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