Países con plena libertad para ejercer periodismo

 

El informe anual de Reporteros de Fronteras de 2021 señala que la pandemia ha permitido que se limite la actividad periodística. Llegó la pandemia hace algo más de un año a todo el mundo y con ella una limitación mayor de la actividad periodística. Según este informe, presentado el pasado martes, sólo 12 países de los 180 analizados por la asociación muestran «un entorno favorable» para el desarrollo de las labores del periodismo, un 7% de los recogidos.

 

Y es que ese porcentaje ha bajado un punto durante los últimos 12 meses, con la Covid como actor principal junto a los populismos. En el informe de Reporteros sin Fronteras de 2019, eran un 8% los países con ese ecosistema propicio para la práctica del periodismo. Ahora solamente, según la organización, lo tiene Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Costa Rica, Países Bajos, Jamaica, Nueva Zelanda, Portugal, Suiza, Bélgica e Irlanda.

 

Tras ellos se sitúan un total de 35 países cuya situación es «bastante buena», según la división del barómetro, entre los que estarían Alemania, Canadá, España -que repite en el puesto 29-, Estados Unidos, Australia o Rumanía que se encuentra justamente en la frontera. A partir de ahí empiezan a aparecer regiones con «problemas significativos» y situaciones «difíciles» y muy graves».

 

Según Reporteros sin Fronteras, la llegada de la pandemia ha causado «un palpable deterioro» en el desarrollo de la actividad periodística pues los profesionales del sector «se enfrentan a un cierre de accesos tanto a las coberturas sobre el terreno como a las fuentes de información». «El informe muestra una creciente dificultad para que los periodistas investiguen y divulguen temas delicados, sobre todo en Asia y Oriente Medio, aunque también en Europa«, destacan desde la asociación.

 

Pero la pandemia no sólo ha traído una mayor dificultad para el acceso a la información sino que ha aumentado la desconfianza de la ciudadanía hacia el periodismo. El barómetro Edelman Trust 2021 apunta que el 59% de los encuestados en 28 países creen que estos profesionales difunden información que saben que es falsa.

 

«El periodismo es la mejor vacuna contra la desinformación, pero por desgracia, su producción y distribución se ven bloqueadas con demasiada frecuencia por factores políticos, económicos y tecnológicos, y, en ocasiones, incluso culturales», afirma el secretario general de Reporteros sin Fronteras, Christophe Deloire.

 

Dentro de esos factores políticos, los populismos tienen una fuerza creciente en la creciente desinformación que opera en todo el mundo con las redes sociales como principales difusoras. En este punto, los presidentes de Brasil y Venezuela se sitúan como dos claros ejemplos. Jair Bolsonaro ha situado al país carioca en la zona roja dentro de los países con serias dificultades para el ejercicio del periodismo por «los insultos, la estigmatización y las humillaciones públicas orquestadas contra los periodistas», según Reporteros sin Fronteras.

 

En esa misma zona roja se colocan México, donde el asesinato de periodistas no cesa; Venezuela, con el chavismo encarcelando a periodistas disidentes; Rusia, limitando la información sobre las protestas a favor del opositor Navalny, o Malasia, donde el gobierno ha establecido un decreto anti fake news que le otorga el poder de imponer su propia versión de la verdad.

 

Aún más abajo, en un ránking que cierra Eritrea, que mantiene a diez periodistas detenidos desde hace dos décadas, se posicionan China (177) o Corea del Norte (179), donde sus gobiernos totalitarios ejercen todo tipo de censura hacia la información. También en una situación «muy grave», teñidos de color negro, están países del golfo pérsico como Arabia Saudí o Barhein y del norte de África como Libia o Egipto.

 

En el caso de este último, el presidente Al Sisi prohíbe publicar cifras de la pandemia que no sean de su Ministerio de Salud mientras que en Zimbabue (130) se encarceló al periodista Hopewell Chin’ono por revelar malversación de fondos públicos en la compra de material contra el Covid.

 

Dentro de los países que registran una situación aceptable para la práctica periodística, Reporteros sin Fronteras también destaca complicaciones. Ese es el caso de Alemania donde han aumentado las agresiones a periodistas por manifestantes de movimientos extremistas y conspirativos contra el Covid o Estados Unidos, donde, según el US Press Freedom Tracker, en el último año del mandato de Donald Trump hubo una cifra récord de ataques (casi 400) y detenciones de periodistas (130).

 

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