La caída de WhatsApp no es el único problema de Zuckerberg: estos son sus grandes quebraderos de cabeza

WhatsApp sufrió la semana pasada una caída global del servicio que impidió que usuarios de todo el mundo pudieran emplearla con normalidad durante algo más de dos horas. La ‘app’, que como Facebook e Instagram es propiedad de la tecnológica Meta, comenzó a registrar problemas en torno a las 9.00 horas del martes, cuando los chats grupales quedaron inservibles. Apenas media hora después, la caída se completó y la herramienta dejó de permitir el envío de cualquier mensaje o archivo.

 

La plataforma no comenzó a recuperar el funcionamiento hasta las 11.00 horas, aunque de forma intermitente. En torno a las 11.45, la aplicación dio por resulta la incidencia y esta volvió a estar disponible para sus más de 2.000 millones de usuarios a nivel global, como informó un portavoz de Meta en un mensaje compartido por la tecnológica con ABC. A pesar de los requerimientos, la firma no ha compartido información sobre la causa concreta del fallo.

 

Se trata de la primera vez en algo más de un año que WhatsApp, uno de los servicios de comunicación más importantes a nivel global, sufre una caída de una magnitud parecida. La anterior tuvo lugar a inicios de octubre del pasado 2021, cuando la aplicación conversacional, al igual que Facebook e Instagram, permaneció inactiva durante cerca de seis horas.

 

Aunque el fallo, en este caso, se pudo resolver antes, y no ha tenido efecto en las otras dos joyas del imperio de redes sociales de Mark Zuckerberg, Nacho de Pinedo, director ejecutivo y cofundador de la escuela de negocios ISDI, llama la atención sobre los efectos que tiene para los usuarios el que la aplicación de mensajería deje de estar activa, aunque solo sea durante unas horas.

 

«Estamos muy mal acostumbrados. Pensamos que la tecnología que utilizamos tiene que estar disponible siempre y, lógicamente, cada cierto tiempo lo normal es que se experimente algún problema. Aunque, en el caso de WhatsApp el fallo ha debido ser muy pequeño, el efecto es más grande porque estamos hablando de un servicio muy popular», dice el experto.

 

De Pinedo remarca, además, que WhatsApp no solo es una herramienta empleada por compañeros de trabajo y amigos para mantenerse en contacto. En algunos países, como Argentina o India, se trata de un canal de comunicación empleado por las propias instituciones para informar a los ciudadanos y que estos realicen sus propias consultas.

 

Los problemas en WhatsApp se producen en un momento en el que Meta está intentando lanzar una campaña en Estados Unidos destinada a convencer a los usuarios de iPhone para que abandonen la plataforma de mensajes de Apple, iMessage, y abracen su aplicación. Cabe recordar que la relación entre las dos empresas es tirante desde hace tiempo.

 

Zuckerberg, dueño de WhatsApp desde 2014, cuando desembolsó más de 20.000 millones de dólares para hacerse con el control total de la herramienta, ha culpado en varias ocasiones a la compañía de la manzana, y a las novedades en privacidad incorporadas en sus dispositivos durante los últimos meses, de la desaceleración del negocio publicitario de Meta. Actualmente, los beneficios que aportan las redes sociales de su imperio están en bajada, mientras que el valor de las acciones se encuentra a la mitad que hace exactamente un año.

 

Los analistas, además, esperan que Apple presente a inicios del próximo 2023 sus primeras gafas de realidad mixta. Con este lanzamiento, la empresa del iPhone pasará a competir con Meta dentro del terreno del hardware de realidad virtual y aumentada.

La apuesta por el metaverso, ese nuevo mundo virtual en el que, en el futuro, prácticamente se podrá replicar la vida misma, tampoco le está saliendo bien a la empresa. «En el año que ha pasado desde que Zuckerberg anunció que el futuro de la empresa pasaba por el metaverso apenas se han hecho avances », señala a este periódico Fernando Checa, profesor de Comunicación en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y experto en redes sociales. Y los inversores, desde luego, no están contentos con el devenir de los acontecimientos.

 

El director de la firma de inversión Altimeter Capital, Brad Gerstner, empresa que llegó a contar con 2,5 millones de acciones del emporio de Zuckerberg, compartió ayer una carta abierta en la que apuntaba que Meta debe rebajar tanto el número de empleados como su inversión en la conquista del metaverso si quiere recuperar el músculo financiero que tenía hace cosa de un año.

 

Como tantas otras empresas de Silicon Valley, la tecnológica ha congelado contrataciones y está buscando formas para reducir el número de trabajadores que tiene en plantilla. A finales del segundo trimestre del año, la compañía contaba con 83.553 empleados. Un 32% más que en 2021.

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