Las productoras reclaman una Ley de propiedad intelectual para sobrevivir a las plataformas digitales

Los productores independientes se han decidido a dar un golpe sobre la mesa y reclamar los derechos y beneficios que -a su parecer- han desaparecido progresivamente desde la llegada de Netflix, HBO y otras OTT al actual panorama audiovisual. El primer paso lo han dado con la creación de PATE, la asociación que agrupa a las 40 productoras que concentran la mayoría de los productos televisivos y cinematográficos de España, como es el grupo Banijay España, compuesto por Cuarzo, Zeppelin o Shine Iberia así como Mediapro, con Globomedia o El Terrat. Y el segundo, sentando las bases de su lucha ante la sociedad en el evento ‘Producción independiente, motor de crecimiento’ esta misma semana.

 

Y es que, a pesar de que la llegada de las plataformas digitales ha ampliado las salidas a sus creaciones y ha supuesto una ventaja en lo que a la cantidad de trabajo se refiere, hay muchos otros aspectos que -así como alegó el presidente de la agrupación y productor cinematográfico y televisivo, José Manuel Lorenzo- han provocado una pérdida del equilibrio y un desajuste en la redistribución de la riqueza del sector y los derechos de autor.

 

Los puntos que mantienen en vilo a los afectados son la desaparición de los beneficios de las reemisiones en segunda ventana y con ello las primas de éxito asociadas a las métricas en los distintos países donde se emiten o los royalties por reproducción tras la entrada en escena de las conocidas como ‘producciones originales’.

 

Los puntos que mantienen en vilo a los afectados son la desaparición de los beneficios de las reemisiones en segunda ventana y las primas de éxito relacionadas con las métricas en los distintos países donde se emiten.

 

En este sentido, Lorenzo abordó las diferencias entre cómo entienden los norteamericanos el pago a productores y cómo lo perciben en Europa y pidió que la transposición de la Directiva 2019/790 sobre derechos de autor, “ponga alguna limitación a este desajuste” permitiendo al productor recuperar parte de los derechos sobre las producciones. “Buscamos una relación entre operadoras y productores independientes/creadores más equitativa y transparente”, añadía.

 

Dentro de Europa también hizo referencia a las diferencias regulatorias entre España y países como Francia e Italia, que suelen tener una protección mayor hacia sus productores audiovisuales, lo que “las hace más fuertes en un entorno global”.

 

Los productores dejaron claro que necesitan que los legisladores y los políticos establezcan «unas reglas del juego» para proteger a una industria cultural como esta, poniendo en marcha «una ley de propiedad intelectual» que reconozca al productor independiente como propietario de los contenidos que cree, además «una legislación fiscal» que ayude a desarrollar las empresas con un cierto equilibrio con las grandes multinacionales, y «una ley de Cine» que haga que el séptimo arte sea un espacio cultural con vida propia y sea rentable.

 

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