por Mª Luisa Cárdenas Rica, directora académica del Grado en Comunicación del Centro Universitario San Isidoro

La tecnología ha transformado tanto a la industria mediática como el acceso laboral a la misma. A las empresas periodísticas tradicionales se les han sumado otras, las startups, que dominan las nuevas herramientas, entienden las necesidades de la audiencia y cuentan con una mentalidad abierta e innovadora (Gynnild, 2013). El emprendimiento en el periodismo se ha convertido en una alternativa para los profesionales de la comunicación en Andalucía, gran parte de ellas han nacido como pequeñas iniciativas colaborativas entre los profesionales independientes.

 

Las startups están definidas por el anteproyecto de Ley del Ecosistema de Empresas Emergentes, aprobado el 10 de diciembre 2021, como las de reciente creación (con menos de cinco años de vida) de base tecnológica, con carácter innovador, de rápido crecimiento, no deben cotizar en bolsa, no distribuir dividendos y facturar menos de cinco millones de euros. 

 

La cultura empresarial rígida de los legacy media, los medios heredados (Desjardins, 2016), cuenta con grandes infraestructuras de costes fijos y muy elevados, que se convierten en un obstáculo a la hora de innovar, dificultando su supervivencia en el mercado actual (Küng, 2017). La crisis experimentada dirige a los medios a la mercantilización y politización, y con ello a la desconfianza ciudadana, porque estos para su subsistencia dependen de las fuentes de ingresos institucionales y empresariales, con lo que ello supone. En Andalucía, el diagnóstico que se aporta está además vinculado con la hiperlocalización y la debilidad empresarial, a la que se suma la ya citada dependencia política y económica (Labio, citada en Torres, 2020).

 

Frente a la situación descrita, el periodismo sigue reinventándose y han surgido nuevas empresas mediáticas que se perciben como una respuesta esperanzadora, con propuestas de valor y modelos de negocio innovadores, lo que les permiten desarrollar su trabajo con independencia y por cuenta propia, sin necesitar del respaldo financiero de compañías o inversores. Estos cambios se manifiestan en todas las áreas empresariales —producto, procesos, organización y comercialización—, consiguiendo identificar nuevas oportunidades de mercado y otras vías de ingresos todavía sin explorar (Valero & González, 2018).

 

Las instituciones públicas han apoyado estas propuestas, en Andalucía se ha aprobado el Plan General de Emprendimiento (PGE) (Ley 3/2018, de 8 de mayo) con el que se contempla reforzar los programas, recursos y servicios que se les ofrece a los emprendedores para favorecer la creación de nuevas empresas, la competitividad y su impulso económico. Ya desde 2012, la Consejería de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades, con la colaboración de empresas privadas (Telefónica y Vodafone), puso en marcha dos programas de aceleración de startups: Andalucía Open Future y Programa Minerva. Ambos contemplan una metodología de aceleración de startups de base tecnológica e innovadora, con objetivos comunes: apoyar el emprendimiento, convirtiendo las ideas en negocios reales con garantía de éxito y retener el talento de Andalucía. Durante su recorrido se han gestionado más de 1.900 solicitudes, se han admitido más de 350 startups, de las cuales 225 lo han finalizado de manera exitosa.

 

También desde la universidad se apuesta por la formación orientada al emprendimiento, como  ejemplo el Centro Universitario San Isidoro (adscrito a la Universidad Pablo de Olavide) cuenta en su programa de estudios con asignaturas donde se promueve la iniciativa y la autonomía profesional, se analizan y proponen ideas para la gestación de startups. Eldesmarque.com, dirigido por un antiguo alumno de este centro universitario, cuando portaba las siglas CEADE, Fede Quintero, exdelegado de Marca en Andalucía, es muestra de la reconversión de los medios de comunicación. Esta plataforma de actualidad deportiva, puesta en marcha en 2006, ha conseguido el mayor seguimiento a nivel nacional con una media cercana a los 2,3 millones de usuarios únicos mensuales (ComScore, 2018). El grupo Mediaset la adquirió en 2018 por un precio que ronda los 10 millones de euros. Eldesmarque.com tiene una alta rentabilidad fruto de su doble modelo: el de generación de audiencia a escala microlocal y la monetización propia de un medio nacional.

 

Estos proyectos surgen de grupos de trabajo con un alto grado de libertad e independencia, lo que les permite poner en marcha nuevos formatos que dan lugar a diferentes productos informativo, dirigidos a unos nuevos destinatarios, mucho más segmentados. Para ello se requiere de otros canales y soportes de distribución y también de renovadas maneras de comercialización, ideando estrategias para generar ingresos o hacer más rentables las existentes. No se puede olvidar el producto estrella: informar y contar los hechos, sin abandonar los principios básicos del periodismo, pero siempre pensando en nuevas fórmulas, apoyadas por las tendencias que la tecnología ofrece (Peinado & Rodríguez, 2020). No obstante, hay que prestar atención y no caer en que las grandes ideas estén pensadas y desarrolladas en el lenguaje de los inversores. Como expresa la profesora de la Universidad de Stanford Jenny Odell, no puede imperar la mentalidad OPV (oportunidad pública de venta), una ideología rendida a los activos financieros, la idea de hacerse rico lo más rápido posible, no todo tiene por qué estar diseñado según los intereses de los accionistas, sin pensar en los usuarios (Ramírez, 2022). Servir y satisfacer a la audiencia requiere conocerla, saber cuáles son sus demandas y sus necesidades. De este modo, se ofrecerá una información útil, mejorando la vida de los ciudadanos para los que se trabaja. 

 

Las startups las conforman equipos organizados en la creación de nuevos productos y servicios informativos, debido a su reducida inversión, con muy poco que perder y, en muchas ocasiones, sin mucho que ganar más que la experiencia. Su empeño se dirige a sacar partido a la oportunidad empresarial que se les presenta, intentando alcanzar un lugar en el mercado y, de este modo, rentabilizar el tiempo invertido, su conocimiento y la novedad aportada.

 

Solo los medios que se adapten al nuevo entorno sobrevivirán. Las empresas mediáticas que se resistan al cambio con modelos trasnochados corren el peligro de desaparecer, al enfrentarse a un ecosistema cada vez más competitivo e insaciable.

 

BIBILOGRAFÍA

Desjardins, J. (2016, 10 de octubre). The slow death of legacy media. Business Insider. 

Gynnild, A. (2013). Journalism innovation leads to innovation journalism: The impact of computational exploration on changing mindsets. Journalism, 15(6), 713-730.

Küng, L. (2015). Innovators in Digital News. I.B. Tauris & Co. Ltd in association with the Reuters Institute for the Study of Journalism, University of Oxford.

Peinado y Miguel, F. & Rodríguez Barba, D. (2020). Emprender e innovar para crear empleo en el Periodismo. Historia y comunicación social, 25 (2), 491-505. http://dx.doi.org/10.5209/hics.72279

Ramírez, N. (2022, 9 de febrero). Fiebre por el ‘pelotazo app’ y grandes plataformas, un cóctel letal. El País.

Torres, A. (2020, 14 de agosto). Andalucía quiere tener voz. El Salto Andalucía.

Valero Pastor, J. M. & González Alba, J. A. (2018): Las startups periodísticas como ejemplos de innovación en el mercado mediático español. Estudio de casos. Revista Latina de Comunicación Social, 73, 555- 582. http://dx.doi.org/10.4185/RLCS-2018-1269

Este artículo forma parte de nuestra publicación «Hacia dónde avanza la comunicación: 25 reflexiones imprescindibles».