Tercer Barómetro de la propiedad intelectual entre los jóvenes

La Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) ha compartido los resultados del tercer Barómetro de la propiedad intelectual entre los jóvenes, que ofrece información actualizada sobre la conducta de los jóvenes en relación con la vulneración de los derechos de propiedad intelectual, es decir, el acceso a contenido ilegal o la adquisición de productos falsificados a través de internet.

 

En esta ocasión el informe, realizados cada tres años, recoge los datos del contexto postpandémico que, en el caso de nuestro país, ha incidido de manera negativa en la vulneración de la propiedad intelectual. El estudio se llevó a cabo entre un total de 22.021 personas de entre 15 y 24 años en los 27 Estados miembros de la Unión Europea, entre el 7 y el 28 de febrero de 2022.

 

Desde el organismo señalan que las conclusiones de este análisis confirma las tendencias constatadas en ediciones anteriores. «En un momento en el que el comercio electrónico y el consumo digital han venido aumentando significativamente, el incremento de las compras intencionadas e involuntarias de productos falsificados constituye una tendencia preocupante«, ha comentado Christian Archambeau, Director Ejecutivo de la EUIPO, en un comunicado. “En cuanto a la piratería, no disminuye, aunque los consumidores jóvenes se inclinan cada vez más por los contenidos procedentes de fuentes legales”.

 

Esto se debe, en parte, a las estrategias de quienes comercializan este tipo de productos. La encuesta señala que, pese a que el 63% de los jóvenes europeos declararon que les resultaba bastante fácil o muy fácil distinguir entre fuentes legales e ilegales en cuanto a los productos físicos, el 31% siguieron enfrentándose a dificultades en este sentido.

 

En lo que respecta a los productos falsificados más adquiridos de forma deliberada, la ropa y los accesorios (17%) lideran el ranking, seguidos del calzado (14%), los dispositivos electrónicos (13%) y los productos de higiene, cosméticos, cuidado personal y perfumería (12%).

 

La asequibilidad o el precio más barato de la falsificación siguen siendo las principales motivaciones de aquellos que compran de forma intencional productos falsificados. Además, se citan otros factores, como que no les importaba si el producto era falso (27%), la creencia de que no había diferencia entre los productos auténticos y los falsificados (24%), y la facilidad para encontrar o pedir productos falsificados en línea (18%).

 

En consecuencia, el 31% de los encuestados apuntaron que abandonarían esta práctica de consumo si se ofrecieran productos originales más asequibles. Dar con una falsificación de mala calidad (31%), experimentar un ciberfraude (23%) o una ciberamenaza (21%), las malas experiencias de familia, amigos u otras personas (22%) u obtener un producto inseguro o peligroso (22%) también le animaría a dejar de comprar falsificaciones. Por tanto, el 19% de los encuestados afirmaron que una mejor comprensión de los efectos negativos en el medio ambiente o en la sociedad (17%) les impediría hacerlo.

 

Atendiendo a los contenidos digitales, el barómetro apunta que el acceso a través de fuentes legales está ganando cada vez más terreno en entre las nuevas generaciones. Así, el 60% de los jóvenes europeos compartieron que durante el último año no había utilizado, reproducido ni descargado contenidos de fuentes ilegales, ni había accedido a transmisiones en directo (streaming) a través de estas fuentes, en comparación con el 51% en 2019 y el 40% en 2016.

 

Sin embargo, el 33% de los encuestados apuntan haber utilizado, reproducido, descargado o transmitido directamente contenidos de fuentes ilegales a lo largo de los últimos doce meses. Desglosando los datos, el 21% reconocen haber accedido de forma deliberada a contenidos pirateados durante los últimos 12 meses, mientras que el 12% aseguraron haberlo hecho accidentalmente y el 7% no es consciente de haberlo hecho.

 

De nuevo, la penetración de la piratería entre los jóvenes europeos varía en función del mercado. Así, Bélgica (29%) sería el país de la Unión donde más se consume contenido de forma ilegal, frente a Alemania (12%), que se sitúa al final de la lista. Concretamente, en España el 25% de los jóvenes encuestados accedieron conscientemente a contenido ilegal.

 

Poniendo el foco sobre el tipo de contenido, lo más buscado en fuentes ilegales fueron las películas (61%), las series y programas de televisión (52%) y, en menor medida, la música (36%), el software (35%), los juegos (33 %), los eventos deportivos en directo (35%) y los libros electrónicos (32%).

 

En cuanto a canales, los sitios web especializados fueron la vía más popular para acceder a los contenidos, especialmente para las películas (63%) y las series de televisión (59%). En el caso de la música, las aplicaciones fueron el canal más popular para acceder a contenidos pirateados (39%), mientras que los medios sociales (36%) fueron la vía preferida para obtener fotografías.

 

En lo que respecta a las razones de los jóvenes para acceder a contenido digital ilegal, el menor coste en comparación con los contenidos de fuentes legales continúa siendo la principal motivación para el 55% de los encuestados. Además, también se tiene en consideración el hecho de que el contenido deseado solo estuviera disponible a través de fuentes ilegales (25%), o la influencia social puesto que el 17% alegan «mis amigos u otras personas que conozco lo hacen”.

 

A este respecto, el 47% de los encuestados citaron la disponibilidad de contenidos más asequibles de fuentes legales como principal factor que podría hacer que dejasen de acceder intencionadamente a contenidos de fuentes ilegales. La posibilidad de sufrir ciberamenazas (41%) o ciberfraudes (40%) o enfrentarse a sanciones (29%) son otras de las cuestiones que podrían poner fin a este comportamiento.

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